Porque no nos predicamos a nosotros mismos, si no a Jesucristo como nuestro Señor, y a nosotros como Sus siervos por amor de Jesus. 2 da. Corintios 4:5

lunes, 18 de febrero de 2008

ENRIQUE PAWELS

Enrique fue otro hermano más, fruto de las primeras reuniones en calle Brown 2040, joven de espíritu pacífico y servicial, fue de gran ayuda en la construcción del local de calle Salta, donde se asistió durante mucho tiempo luego congregándose en Barrio Sarmiento.
Su oficio de carpintero, fue uno de los dones más destacados de este hermano, ya que una gran cantidad de locales evangélicos poseen sus púlpitos y bancos, construidos por manos suyas.
Sin embargo, Enrique, tenia una gran capacidad intelectual, era su deleite traducir mensajes del holandés al castellano, tanto para El Sendero del Creyente, como para otras publicaciones de índole cristiana. También poseía otras dotes, como la poesía y el canto, siendo quien daba la nota siempre a la hora de cantar un himno.
Enrique era un hermano que sufría con humildad si alguien lo trataba injustamente, y aun cuando en la congregación había algún hermano que “colocaba piedras en el camino”, él utilizaba la frase “en la obra, algunos trabajan, otros dan trabajo...”, ingeniosa, pero cierta.
Nunca se cansaba de servir al Señor y a sus hermanos, y así se le conoció por mas de cincuenta años, en las congregaciones de Rosario, y aun del país, donde sus trabajos con madera, hasta el día de hoy hablan de su cariño y efectividad por el servicio a la obra del Evangelio de Cristo.
A la edad de 80 años, tras soportar con paciencia una penosa enfermedad, deja su ministerio, para descansar de sus quehaceres y disfrutar la presencia eterna de su querido Salvador.
Enrique Pawels, deja tras sí, una amplia foja de servicios, tangibles unos y para los que lo conocieron, el recuerdo de su dulce y armonioso carácter y fidelidad a Dios, por sobre todo lo demás.
Otra pérdida que la obra debiera recuperar, hasta que a nuestro Señor le plazca levantar a otro humilde y tan eficiente servidor.


DON JUAN GARCIA MIRANDO HACIA EL PISO, A SU DERECHA SU PADRE, Y EN EL EXTREMO DERECHO DE LA FOTO, DON ENRIQUE PAWELS

EN EL COSTADO DERECHO, DON ENRIQUE PAWELS CON LOS HERMANOS DE BARRIO SARMIENTO

SALON DE BARRIO SARMIENTO

BANCOS Y PÚLPITO CONSTRUIDOS POR DON ENRIQUE

sábado, 9 de febrero de 2008

SANTIAGO COSTA

Se convirtió a mediados del año 1918, emprendiendo lo que fue una corta pero intensa carrera en la obra en Barrio Ludueña.
Luchando con la indiferencia de su familia, Santiaguito y su madre doña Santa Esperanza, unieron sus fuerzas para brindar sus mejores dones al servicio del Señor. Su celo por las almas sin Dios, los motivo ofrecer una sala de su casa para comenzar la obra, y así el 2 de octubre de 1921 nacía la primera Escuela Dominical en Barrio Ludueña.
Pero para Santiaguito (así lo llamaban cariñosamente sus hermanos en Cristo, dada su pequeña estatura) animado por el fruto que el Señor mostró, redobló sus esfuerzos y con su madre decidieron donar un amplio terreno, en el cual se construyó una casilla con madera de cajones.
En este humilde lugar Dios mostró su gracia, con un fruto mas que reconfortante para Santiaguito, conocieron a Cristo su padre, cuatro hermanos, un cuñado, tíos y primos, lo cual demostró que su trabajo no era en vano.
Pronto ya el espacio escaseaba dada la demanda, ya que los niños llevaban a sus mayores, de modo que en poco tiempo se pudo construir un salón más grande y cómodo.
Lo que pareció ser una vida prometedora colmada de triunfos y buenos frutos, se vio truncada, cuando a los 28 años de edad, Santiago Costa fue llamado el 1 de marzo de 1931, a un servicio superior, en la presencia del amado Salvador.
Santiaguito dio sus mejores años al servicio, y a lo que consideramos lo mejor de la edad, el Señor lo invito a su último y celestial hogar.
No menos de cuatrocientas personas escucharon el Evangelio durante el sepelio de Santiaguito.
Una vez mas, la obra pierde un hermano, gran obrero fiel y su familia un hijo amado.

“Por lo que queridos lectores orad por la obra para que en algo sea reparada esta ausencia por otros siervos que Dios levante, tan fieles y útiles como fue nuestro amado hermano Santiaguito.”

(Texto extraído y adaptado de El Sendero del Creyente)

FRANCIS COLEMAN

Hijo del ya conocido Federico Coleman, precursor de la obra en nuestra ciudad, nació en Rosario el 31 de agosto de 1907, convirtiéndose joven, se bautiza en calle Salta 2339, donde se congrego mucho tiempo. Allí contrajo matrimonio con Argentina Medici, también de esta misma congregación, y de cuya unión nacieron dos hijos, Franklin y Eda.
Francis predicaba a los indígenas de Jujuy, cuando contaba con solo 16 años, dedicando su vida con gozo y entusiasmo al servicio del Señor.
Estuvo en comunión y plena dedicación en varias asambleas de Córdoba y Bs. As., tomando parte con los jóvenes y la escuela dominical.
Luego sintio el llamado del Señor para trabajar en el Orfanatorio de Quilmes, el cual dirigió desde el 2 de abril de 1952 hasta el dia de su fallecimiento.
En dicha institución contó con la invalorable colaboración de Doña Argentina, su esposa quien llevaba la responsabilidad en lo que a la parte material se refería.
Francis tenia su corazón en esta obra y cuando ya tenia su propio sustento, utilizaba el tiempo restante a la misma administrándola y dirigiéndola.
Todos los niños asilados eran para él como sus propios hijos, a quienes con cariño, llegado el día de sus cumpleaños, hacia atenciones extraordinarias.
También en circunstancias en que las finanzas del orfanatorio daban déficit, este hermano colaboraba de su propio bolsillo.
El resultado de esta labor dejo muchos frutos, varios niños fueron convertidos y congregados en forma activa en la congregación de Quilmes.
Dos niñas de este asilo, convertidas por el testimonio de Francis, ya mayores y en comunión, sintieron el llamado del Señor y ingresaron a trabajar de celadoras en otro orfanatorio de La Cumbre.
Francis sentía en su corazón los deseos de vivir su vejez entre los niños de este lugar, pero su salud era frágil, y ya algunas tareas le resultaban pesadas aunque las realizaba con mucho gozo.
Presintiendo que su final se acercaba, rogó a su esposa que si él moría, ella no dejara el orfanatorio.
El 26 de octubre de 1961, Francis Coleman, pasa a la presencia del Señor. En el momento de despedir sus restos, notablemente se hizo presente buena cantidad de vecinos y hermanos, movidos por el testimonio de este fiel siervo de Dios.
Entre otros testimonios, salió a luz el de un compañero de trabajo que relato que Francis fue motivado en cierta ocasión, por un grupo malintencionado, a dar falso testimonio en perjuicio de otro empleado, a lo cual respondió; “Prefiero perder mi empleo antes de mentir...”, actitud que le valió un inesperado ascenso.

Francis, caminó bien en las sendas del Señor, y terminó su carrera con gozo, pasando a la presencia de su Salvador, donde descansa de las fatigas habiendo acabado su peregrinación terrenal.

(Texto extraído y adaptado de El Sendero del Creyente)

lunes, 14 de enero de 2008

GEORGE WILLIAM SPOONER (HIJO)

Jorge Guillermo Spooner nació el 10 de enero de 1882, en La Coruña, Galicia, hijo de Jorge Spooner y Maria Ana Martín, de procedencia británica, quienes misionaban en ese entonces en dicho país, y que por razones adversas decidieron emigrar a la Argentina, radicándose primero en Carcaraña y luego en Rosario para administrar el Hogar de Marineros Extranjeros, lugar donde Jorge conoce al Señor.

Siendo muy joven, tal vez por timidez, no se animó a tomar parte pública hasta que un día enfermo de gravedad, fue en esa instancia en que prometió a Dios que si le concedía la vida, rompería su inhibición y se consagraría por entero a Él.

Por la indecible misericordia de Dios, su suplica fue escuchada, Jorge, dejo su empleo en el ferrocarril y se dedico de tiempo completo a la obra del Señor.

Fue en calle Brown 2040 que realizó su primer bautismo, en este caso, el hermano Jerónimo Antonio Callejas, un fiel hermano que luego llevo la antorcha del evangelio en esta ciudad de Rosario y alrededores, dirigiéndose a éste le dijo:

"Bueno, Antonio, eres el primer creyente a quien bautizo y espero que seas fiel al Señor..."

Tiempo después, cuando corría el año 1907, Jorge hizo un viaje a Inglaterra, donde se casó con su prometida, Elena Catalina Marini, argentina oriunda de Córdoba, quien habia viajado a estudiar obstetricia, regresando al país y colaborando ella como maestra en la escuela primaria en calle Brown 2046.

En 1912, luego de un periodo de oración y decisiones se radica en la ciudad de Casilda y en 1918 establece la obra en Standford, Arequito, Fuentes, Cruz Alta y otros.

En 1935 inaugura el templo en Casilda, bellísima construcción, en su tiempo, moderna y ampulosa, cuya fachada permanece hasta hoy sin modificaciones.

El carácter particularmente severo de Jorge Spooner, especialmente en lo que respectaba a la conducta del creyente y a la doctrina, le costo luchas y contrariedades, pero el Señor lo acompañaba dándole fuerzas en sus labores, cuidando celosamente de su grey con entusiasmo, como un pastor a sus ovejas.

Según palabras de un hermano, "Don Jorge, no era hombre de andar con pomaditas..." , en lo que respecta a la pureza y andar del cristiano.

Ya siendo entrado en años y debido a la enfermedad que lo había aquejado, su ritmo de actividad fue menguando gradualmente, sin embargo su esfuerzo por visitar hermanos y tomar reuniones en otras localidades, fue su móvil, hasta los últimos años de su vida.

Cruzaba barrios aun anochecido, en distintas estaciones del año, asegurando que aunque arrastrándose no dejaría de cumplir su misión, siguiendo la recomendación del apóstol Pablo a Timoteo; "Tu, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo"



Grandes eran sus esfuerzos por cumplir con tamaño celo la obra que tantos años atrás, el Señor le había encomendado.

Jorge Spooner, fallece, sin quejas y en total tranquilidad el 18 de Septiembre de 1950 a los 68 años en la ciudad de Casilda.

Dios, en sus infinitos propósitos, va levantando de esta tierra a algunos de sus siervos que ya han cumplido su misión y los congrega en la gloria, pero nos preguntamos:

¿Quién se ocupara del servicio que ha dejado este siervo de Dios? Es verdad que nos consolamos con la seguridad de que Él no abandona jamás su obra, que siempre va a proveer en forma acertada un sustituto.



Este es el caso del hermano Jorge Spooner así como otros, cuya desaparición nos llama a tocar insistentemente las puertas de la gracia para rogar a Dios que supla estas necesidades con obreros que tengan la consagración debida para apacentar la iglesia del Señor, la cual Él gano con su sangre.



Jerónimo Antonio Callejas



(Texto extraido y adaptado de El Sendero del Creyente)



FOTO DEL CHALET DE LOS ESPOSOS SPOONER EN CASILDA

(TOMADA DE LA PAGINA WEB CASILDA VIRTUAL)



LEER PAGINA WEB "CASILDA VIRTUAL" DONDE SE ALUDE A LOS ESPOSOS SPOONER Y EL TEMPLO EVANGELICO, SIENDO BIEN RECONOCIDOS EN ESTA LOCALIDAD





SPOONER HIJO, EN CASILDA



CLIKÉE SOBRE LA FOTO PARA AMPLIARLA Y LEER EL TEXTO


IR A LA PÁGINA DE "LA OBRA EN CASILDA"

miércoles, 26 de diciembre de 2007

PER OLOF SADRAK ERICSSON


P. O. Sadrak Ericsson nació en Suecia 1º. de septiembre de 1884. Llegó a Rosario a los 18 años.
Su primer trabajo secular fue un empleo en el Ferrocarril Central Argentino, en el departamento del Ingeniero Constructor. Luego trabajo en el banco de Londres y luego en el del Río de la Plata, donde al final de una carrera meritoria, se jubiló, lo que le permitió mantenerse hasta sus últimos días.

En el momento de su bautismo llevado a cabo en calle Brown 2040, dejó claro un testimonio que hasta hoy enfatizamos todos los creyentes evangélicos;
“Me bautizo, no para salvarme, sino por que ya soy salvo, por la fe en nuestro Señor Jesucristo, mi único Salvador y Esperanza “

Este hombre de espíritu decidido y fuerte temple, vivió sus primeros años en la casa de su tío “el capitán” Fridolf Ericsson y fué quien colaboró en forma directa en el anexo de barrio Sorrento. Los esfuerzos de este y muchos otros hermanos se ven materializados en la que hoy es la iglesia de barrio Sarmiento.

Mas allá de su evidente capacidad, Sadrak efectuó a lo largo de su carrera espiritual, las labores mas simples como eran el reparto de folletos e invitaciones a reuniones, limpieza, visitas a enfermos y mantenimiento del local, así como las de mayor responsabilidad; tesorería, enseñanza y predicación, tareas que realizaba con el máximo que su dedicación exigía.
Cuando se inauguro el salón en calle Salta 2339, tuvo a su cargo una clase de Escuela Dominical, luego fue superintendente de la misma, hasta que decidió que su siguiente ministerio fuese la obra en Alberdi. Sin embargo, no dejo su actividad en calle Salta, congregación que acompaño a pleno hasta el final de sus días.
Pero no se sintió satisfecho con los limites de Rosario sino que dedico muchísimo esfuerzo a localidades vecinas como; Villa Constitución, Roldan, San Genaro, Uranga, y Funes, congregaciones que apoyaba junto con su fiel hermano en el Señor, Jerónimo A. Callejas.
Esto le exigió el sacrificio de tomar para volver de estos lugares, el tren de la madrugada para entrar a trabajar a horario el lunes a la hora indicada.
Era también su gran preocupación la unidad entre los hermanos. Siempre procuraba mediar entre desacuerdos, fueran desinteligencias o meros caprichos, procurando enseñar este concepto básico que el Señor mismo dejo como indeclinable mandato para su Iglesia.
Podemos decir que este hermano cumplió en plenitud con las normas dadas por el apóstol Pablo en 1ra. Timoteo 3:2 al 5.
“... el obispo debe ser irreprensible... ...pues el que no sabe gobernar su propia casa, como cuidará de la Iglesia de Dios...?”

Relata su hermano en Cristo, Jerónimo Callejas, que la noche anterior, horas antes que Sadrak Ericsson partiera en forma inesperada a la morada de Dios, este le encomendó como previendo el hecho, tres cosas imposibles de olvidar:

“hermano, ...diga a las hermanas de las labores que sigan adelante con su buena y noble obra, Dios las ha bendecido el año pasado. De la misma manera lo hará este y los futuros...”

luego agregó...

“...veo que Ud. esta delegando ciertos trabajos de figuración y responsabilidad, le felicito, nosotros debemos ser vigilantes a estas tareas, pero dejar que se encarguen de ellas otros hermanos mas jóvenes...”

y la tercera, ya en la puerta de calle, siendo las 23 hs. mirando a mi hijo menor Mario, y dirigiéndose a otros hermanos presentes;
“...este (refiriéndose a mí) tiene suerte, tiene todos los hijos convertidos y casados, en Rosario, excepto la hija, que se halla radicada en Santiago del Estero. Yo en cambio tengo de cinco mis hijos,(*) uno en Salta, dos en Buenos Aires y otro en Córdoba, aunque no tengo nada de que quejarme porque todos están al servicio de Dios, pero en caso de un último adiós no tendría el placer de tenerlos inmediatamente...”

A la mañana siguiente a tan solo horas de lo narrado, recibo el llamado de su sobrina que con tristeza en la voz me dijo:
“Jerónimo... ...mi tío Sadrak acabe de fallecer en el sanatorio Británico...”

El 27 de Noviembre de 1957, el Señor se lo lleva a vivir con Él, hasta que el día apunte y huyan las sombras, y todos estemos reunidos para siempre en el cielo.
Felizmente, todos sus hijos pudieron despedir sus restos, con la esperanza de pronto encontrarse con él.

“...Dios ha llamado al amigo, al compañero en la obra, con quien tanto hemos gozado, sufrido y llorado. Fue una de las columnas de la iglesia, y lo echamos de menos, porque era uno de nuestros familiares más íntimos...

...deja un vacío que solo Dios puede llenar en su gracia e infinita misericordia...”

Jerónimo Antonio Callejas


(*) Gracias a una aclaración proporcionada por el Sr. Alberto Ericsson, hemos corregido el comentario de don Sadrak, añadiendo que solo su hijo Erik, se encontraba en Rosario, los cuatro restantes residían en ciudades distantes.

Texto extraído y adaptado de El Sendero del Creyente


lunes, 3 de diciembre de 2007

LOS ESPOSOS HOGG






Sin duda este matrimonio merece una mención, ya que si bien su obra comenzó en Córdoba y luego pasó a la ciudad de Santa Fe, sus últimos años los vivieron en nuestra ciudad, trabajando en la entonces recientemente formada iglesia en Barrio Vila.
Roberto Hogg nació el 10 de agosto de 1873 en Escocia.
A los 11 años su padre falleció, dejando a su madre, mujer de gran coraje y fe, al cuidado de sus 7 hijos, de los cuales Roberto era el mayor.
A la temprana edad de 15 años, tuvo que dejar su ciudad por cuestiones de trabajo y a los 21 fue empleado en Harrogate, en un comercio perteneciente a un cristiano, de posición muy próspera y de gran corazón y fe.
El 11 de julio de 1902, se casa con Isabel Nisbet Gall, una cándida muchacha nacida en Carlisle, Inglaterra, el 27 de mayo de 1877 y convertida a los 11 años, proveniente de una familia cristiana.
Roberto estuvo relacionado con varios hermanos, que estuvieron íntimamente vinculados a las primeras misiones evangélicas en la Argentina, Enrique Ewen, Guillermo Payne, Jaime Clifford, y Jorge Langran, siendo con este ultimo y su esposa que se embarcaron los esposos Hogg y llegaron a Buenos Aires el 7 de septiembre de 1902.
Luego se trasladaron a Córdoba donde aprendieron el idioma mientras Roberto trabajó en las oficinas de ferrocarril, para de esta forma no ser gravosos para la obra en la que recién comenzaban a involucrarse.
En 1906 con la recomendación de Guillermo Payne, se dirigieron a Santa Fe, dedicándose plenamente a la obra en esta ciudad, siendo un pequeño núcleo de creyentes. Dado la creciente expansión de esta misma fue imperioso contar con un salón apropiado por lo que en 1909 se construyo un local en calle Rioja 3029.
Fue en casa de los Hogg, que se gesto la revista que por tantos años disfrutaron los hermanos, "El Sendero del Creyente", cuyo primer numero se publico en el año 1910 hasta el 1985 incluido, al cual fue un fiel colaborador y amigo.
En 1921 se traslado nuevamente y por razones de salud a La Cumbre, provincia de Córdoba, donde asentó las bases para la obra que hoy permanece en la misma.
Fue en 1936 que se radica en Rosario, trabajando ya sin tantas fuerzas, ya que su salud era un tanto débil, pero su espíritu guardo toda la actitud devota que el Señor merecía.
Fue así que colaboro en la nueva congregación fundada en Barrio Vila.
Los esposos Hogg formaron la idea básica, mandato instituido a la iglesia, de compañerismo y unidad, en la obra, buscando que en todo fuera el nombre Dios y de su hijo Jesucristo, el único glorificado.
Allá por el año 1952, celebraron sus bodas de oro en la obra, con la compañía y gran cariño que nuestros hermanos de Rosario le supieron brindar.
El fruto de su matrimonio, fueron tres muchachas;
Dorothy, esposa de Walter Bevan
Lucy, esposa de Juan Clifford,
y Grace, esposa de Federico G. Coleman (hijo).
(Extraído y adaptado de El Sendero del Creyente)
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Con el fallecimiento de Roberto Hogg, la obra en Rosario se vio empobrecida de todos los dones que este hermano utilizo para exaltación de nuestro Dios.
Fue uno de esos creyentes que nos recuerda a Enoc según las escrituras;
"Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios"
Hebreos 11:5
"Conocimos a nuestro hermano muy bien, y de veras dejo la impresión de haber caminado con Dios, en comunión con Él y con el deseo permanente de agradarle. El Señor y su obra constituían su deleite constante y su interés de todos los días."
La fragancia del recuerdo de los santos que han partido, perfuma nuestro sendero cristiano y al acordarnos de estos pastores que dieron todo de si en el servicio de Cristo, sentimos el estimulo de se ejemplo obligándonos a mayores y mejores esfuerzos en la obra para la que vivieron y murieron.
"El Sendero del Creyente"








lunes, 27 de agosto de 2007

DON JUAN FEDERICO COLEMAN

Nacido en Inglaterra, a los 19 años, en 1890, viene a la Argentina, (Rosario) con el solo propósito de hacer fortuna. Pero Dios cambia sus planes, y habiendose convertido en el Hogar de Marineros, todos sus esfuerzos y anhelos son volcados en favor de la evangelización de la Argentina. Contrae matrimonio con Ada Spooner, una de las hijas del misionero Jorge Spooner en el año 1900. Se congregan desde 1896 en calle Brown, y luego cuando esta se traslada a calle Salta 2339. En 1934 al fallecer su esposa se establece en Turdera (Bs. Aires), donde fallece a los 77 años de edad.
Texto escrito y puesto a disposición por Sara Nardi Ericsson de Ingledew


Después de varias alternativas y estadías en diversos lugares del país, escucho por primera vez de las cuestiones divinas en la Iglesia Anglicana de Rosario , pero fue recién cuando tuvo un real encuentro con el Señor cuando hizo contacto con la familia de don Jorge Spooner quien estaba al frente del Hogar para Marineros.
En aquel entonces se celebraban unas reuniones especiales de evangelización en ingles, dirigidas por el señor Grubb, y fue allí donde Federico Coleman, llego a conocer al Señor. Su conversión a Dios fue una cosa real y genuina, pues transformó su vida y la encauzó en el servicio para Dios y los hombres.
Desde muy temprano empezó a tomar parte en reuniones, ya en locales de predicación o en reuniones caseras, en Rosario, Carcaraña y otros pocos lugares donde se celebraban reuniones en aquellos años atrás, cuando las actividades de evangelización no estaban tan desarrolladas en estos lugares, y cuando los trabajos de hombres de fe y visión eran tanto mas apreciados.
En el año 1900 contrajo enlace con la señorita Ada Spooner (hija de don Jorge Spooner). De este matrimonio nacieron seis hijos: Susana, Federico, Francisco, Lily, Gerardo y Leonardo. La primera y el ultimo murieron a muy corta edad. Se destacaron por sus capacidades y celo por el Señor lo que habla de la disciplina y temor de Dios que sus padres supieron inculcarles.
Por muchos años don Federico vivió en Rosario, donde trabajó en el Ferrocarril argentino hasta jubilarse, escalonando diferentes cargos lo que hizo posible granjear los costos de estudio de sus hijos.
Su tiempo libre lo invirtió en visitar enfermos, predicar el evangelio y entrevistar hermanos con solicitud de bautismo.
Su hogar siempre estuvo dispuesto para los creyentes viajeros que estaban de paso por Rosario. Siempre estaba listo para dar una mano en la obra del Señor donde fuera solicitado.
Sus últimos años los paso con su hijo Francisco, en Temperley.
Fue allí donde el día 1° de noviembre de 1948 recibí el telegrama de su hijo Federico, en el cual imaginaba oír su voz con la ternura que le es característica, diciéndome: "Papa durmió en el Señor..."


(Nicolás Doorn, texto seleccionado del Sendero del Creyente)



domingo, 26 de agosto de 2007

DON ANTONIO SELLE

Oriundo de la zona del Tirol/Italia, se radica en Rosario, en 1895. Su único interés es distribuir la Palabra de Dios mediante el colportaje. Comienza su precioso trabajo trabajo en las estaciones del ferrocarril, que en estos tiempos se colmaba de pasajeros nativos y extranjeros, pues no había otra movilidad. Y así es que el Libro, vendido y regalado muchas veces, llegaba a chicos y grandes, a ricos y a pobres, a personas de escasa cultura y a intelectuales. Por su lindo carácter y por el celo con que hacia su tarea, era el ciudadano mejor conocido en Rosario en esos tiempos.
La distribución de la Biblia y de toda otra literatura evangelica es una tarea positiva.
No debiéramos descuidarla, y bien podríamos imitar a este "Pionero" que no abandono su trabajo hasta que Dios lo llamo a su presencia.

Texto escrito y puesto a disposición por Sara Nardi Ericsson de Ingledew


En 1895, se radica en Rosario, y comienza a vender Biblias en la terminal de ferrocarril.
En 1898 es caracterizado como uno de los mejores colportores, llegando a vender 2089 Biblias y Nuevos Testamentos, en tanto que en 1896 la cifra había llegado a 1793 unids.

Su labor de colportaje fue descripta así:

"El colportor Antonio Selle esta ocupado principalmente en Rosario, donde su trabajo es maravilloso. Las estaciones de trenes son quizás su mejor plataforma, y así los libros que vende no todos permanecen en la ciudad, pues van al sur, norte y oeste, tan lejos como las lineas de trenes se extienden, y aun mas allá. Así logra logra llegar lejos sin dejar la ciudad.
Algunas veces, sin embargo, hace expediciones con el vehículo, y sus mejores ventas son efectuadas en aquellos meses cuando debe salir de la ciudad. Durante el año vendió 4542 volúmenes."

Acota también el informe que:

"Hace unos pocos meses que la municipalidad de Rosario eximio al colportor Selle de la tasa mensual llamada
sisa. Una prueba de que nuestro colportor, es el hombre mejor conocido en Rosario, y estimado por su carácter"

Son interesantes los conceptos vertidos por él, definiendo su ocupación de colportor:

"Un colportor tiene el deber de ofrecer la palabra de Dios a toda clase de gente, desde el trabajador mas humilde al caballero que ocupa el sitio más alto; a aquellos que aman la Biblia tanto como a los que rehusan escuchar su nombre; a la gente religiosa y atea; al sacerdote y al abogado; al anarquista, libre pensador y teosofista. Un colportor tiene que estar preparado para todo, ya sea para recomendar el libro revelado por Dios, o para defenderlo de sus oponentes."

Año tras año los informes habla de la eficaz y celosa actuación de Selle.
Al cumplir en 1910, 18 años de servicios en la Sociedad Bíblica registra el record de 8921 libros vendidos. Es en el informe de este año que se destaca que, en Rosario, son pocos los residentes que no le conocen.
Los reportes se suceden. Ellos nos muestran a un colportor que logra vez tras vez la exención municipal, que sigue trabajando eficazmente en las estaciones de trenes, que visita , en 1919, la cárcel de Rosario y lleva el evangelio a mas de 600 reclusos.

Su ritmo de trabajo solo se interrumpe en 1947 cuando fallece a los 78 años.

R.L. Chaplin, quien suplantara momentaneamente a C. Torre en la Sociedad Bíblica, decía en 1910:

"Rosario me impresiona como el centro mejor evangelizado en la Argentina, y creo que este es el resultado del gran numero de Escrituras que nuestros hombres han vendido allí."


Texto extraído del Libro "Nuestros Primeros Pasos" de Carlos A. Bisio.

DON JERONIMO CALLEJAS


A la escuela que funcionaba en la calle Brown asistía un jovencito que, aparte de recibir la enseñanza secular, también recibe la cristiana. Conoce así al maestro siendo un niño, y se une a los mayores para trabajar en la Obra sin fluctuaciones, como evangelista, enseñador, Pastor; en el periodismo cristiano, en la expansión de las congregaciones .
Pronto es reconocido como sobreveedor (Pastor o Anciano) de la congregación de la calle Brown, que pasa luego a la calle Salta. ...¡Que importancia tienen las escuelas evangelicas!... Alumno primero, amigo y hermano en la fe después, se le ve unido a don Jorge French en múltiples tareas del periodismo y de la iglesia y su desarroyo y expansión.


Texto escrito y puesto a disposición por Sara Nardi Ericsson de Ingledew


Siendo los primeros años de los comienzos de la obra allá por el 1900, a la pequeña escuela que la Sra. Spooner y sus hijas llevaban adelante, asistía un muchachito que con el consejo de su madre, nunca se aparto de la perfecta asistencia y aun cuando fue mayor, sus responsabilidades en la obra aumentaron de manera extraordinaria al punto de ser el pionero argentino, que colaboro en la expansión del evangelio en Rosario y alrededores.
Conoció la obra en Rosario como pocos, ya que dedicó a la misma en calle Salta 2339, mas de 50 años de trabajo sacrificado, con grandes frutos que hoy podemos comprobar.
Don Jerónimo, disfrutaba en especial de las reuniones al aire libre, la que eran de alguna manera las mas expuestas. Con fervor y cargado de un sentimiento de gran emotividad predicaba el Evangelio, que tanto ansiaba hacer conocer.
Gustaba también de exhortar y enseñar, a grandes y a chicos, pero por estos últimos tenía una estimación especial.
El deseo de anunciar la palabra, lo llevo a localidades como; Villa Constitución, Cruz Alta, San Genaro, San Nicolás, Roldan, Colon y otros.
Fomento y participo de las Conferencias Generales, y fue administrador y luego director de la revista El Sendero del Creyente, en la cual vemos un sin fin de notas que llevan su firma y la particular sencillez y sabiduría que lo caracterizó.
Se ocupo que sus ediciones llegaran a los lugares más inaccesibles especialmente en los que no hubiera enseñadores de la palabra.
Conoció y se caso con una señorita hija de extranjeros llamada Elizabeth Van der Groef, quien fue su fiel compañera y cómplice de la pasión por el evangelio en esta ciudad.
Fue sin dudas un privilegiado de la obra en Rosario, estuvo desde sus comienzos, con la bendición de conocer la palabra desde muy joven y vivir una bella época, llena de esfuerzos y dedicación, que hoy podemos valorar, gracias a la tenacidad de hermanos como Don Jerónimo.
El 28 de abril de 1961, su partida deja un profundo pesar y un grato recuerdo en el corazón de quienes pudieron gozar de conocerlo o recibir sus enseñanzas.
Su nombre hoy día se recuerda junto con otros tan ilustres en las lides evangélicas de la Argentina como: Clifford, French, Lear por sus testimonios de fidelidad y constancia por nuestra obra en Rosario y alrededores.

Texto extraido y adaptado de El Sendero del Creyente

lunes, 20 de agosto de 2007

DON JORGE H. FRENCH

Nace en Rosario el 3 de mayo de 1875, en una familia inglesa pero no evangelica.
Se radica en Cañada de Gomez y 1890, conoce el evangelio, en las reuniones que se realizan en el Hogar de Marineros de Rosario.
Joven robusto, amante del deporte,participa en la fundación del club Newell´s Olds Boys, y entrena a jugadores de tenis.
Pronto comienza a actuar en la Obra con todas sus fuerzas y vigor, dándole al Señor lo mejor de si.
Trabaja con entusiasmo en la escuela creada por la señora Spooner; mas tarde en la creación de la primer revista evangelica "El Sendero del Creyente", de la que fuera director por mas de 45 años; en la organización de la 1er. Conferencia General del país, realizada en Rosario en 1910.
Canaliza tosa su energía y carácter en función del objetivo que cambiara su vida: el mensaje de Cristo y su propagación.

Seria casi interminable el detallar la actuación de este hombre que marcara rumbos en las asambleas de Rosario, en Buenos Aires y en el país en general.

Pasa a la eternidad a los 80 años, el 10 de junio de 1955.


Texto escrito y puesto a disposición por Sara Nardi Ericsson de Ingledew

George Herbert French


El padre de Jorge French, nacido en el condado de Dorset, Inglaterra y su madre, nacida en Londres, se casaron en el año 1868, y cinco años después llegaron a Paraguay con dos hijos, con el fin de dedicarse a la agricultura. Allí vio frustrado su negocio y se traslado en forma definitiva al pueblo del Rosario, hoy nuestra ciudad, (debemos tener en cuenta que en ese entonces Rosario estaba constituida por pequeñas aldeas independientes) donde nació Jorge, el 3 de mayo de 1875. Ya decididos a echar raíces en nuestro país, el padre toma un empleo en el ferrocarril como jornalero, luego palanquero, guarda y por varios años, jefe de estación en la localidad de Correa. Allí se hizo de un pequeño capital y compro una pequeña chacra.
Jorge aprendió a leer y escribir con la ayuda de su madre y luego cursó la primaria en una escuela del Estado en dicha localidad.
Pero otra vez la suerte les jugó una mala pasada, cuando su padre volvió a perder su negocio y tuvo que radicarse con la familia en Cañada de Gómez, donde Jorge ya mayor, tuvo que desempeñarse como lechero a veces albañil, otras peón de carpintero, etc.
En 1889 retomó sus estudios en una escuela inglesa en esta misma ciudad, pero debido a las intermitencias de su vida gran parte de su estudio fue autodidacta.
Fue en esta escuela que conoció a un Sr. Alberto Martín, quien lo guió y fue su amigo durante toda su vida, quien murió a la avanzada edad de 90 años.
Por ese entonces Jorge pasaba por una notoria crisis espiritual. "Mi camino en ese entonces era descendente" era su propio testimonio.
Pero en esos momentos el Sr. Martín tuvo una gran influencia sobre el joven.
Fue ahí que se presento en el pueblo el Ejercito de Salvación, y Dios quiso que fuera el medio por el cual Jorge French conociera el evangelio en el año 1890.
En 1892 ya en Rosario, y con la ayuda de sus amigos, logró conseguir un empleo concedido por el director del Colegio Comercial Anglo Argentino del Rosario, don Isaac Newell, como celador. Allí tomo mayor respeto al estudio descubriendo su inclinación por la docencia de primarios.
Sin embargo tras una circunstancia inesperada, su vida laboral cambio rumbos, aunque no así su vocación, no obstante tomo un empleo en una empresa de ferrocarril, en Rosario mismo.
En el transcurso de tiempo ya había fundado un pequeño club de fútbol, el conocido "Newell Old Boys" y en Uruguay fue instructor de tenis de una muchacha que luego fue campeona en Montevideo.
Ya se había convertido en un próspero hombre de negocios, honrado, laborioso y versátil, cuyo pensamiento respecto a las empresas había sido las palabras de su madre: "El hombre diligente, nunca debe fracasar"
También como cristiano era un hombre intachable, integro en su carácter, al que no se podía sobornar, ni desviar en lo que respecta a la lealtad en los negocios, consciente y sin remordimientos delante de Dios y los hombres.
El mismo Dador de tantas dotes y capacidades fue a quien él consagra entonces las mismas, siendo conocedor que lo que venía de su Señor, dueño tenía y debía ser dedicado con todas sus fuerzas a Él mismo.
Jorge entonces pudo hacer un ejemplo vivo de lo que el apóstol Pablo dijo: "Os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos a Dios en sacrificio vivo, santo, agradable, que es vuestro culto racional...".
Ya en la dirección de la Escuela Dominical, fue un maestro eficaz, un sobreveedor consciente, un consejero oportuno, amigo leal, el conciliador experimentado, un fiel mayordomo de los bienes materiales de las iglesias y por sobre todas las cosas un verdadero hijo de Dios que se gozaba en escudriñar las excelencias de Cristo Jesús a quien conoció de cerca, amándole y sirviéndole y aceptando la dirección del Espíritu Santo, condiciones necesarias para la predicación del Evangelio y expansión de la iglesia de Dios.
Fue muy amplia la labor y más extensa todavía la influencia y reconocimiento que Jorge French ejerció no solamente en la obra en Rosario y alrededores, también guió congregaciones en Buenos Aires, provincia donde vivió sus últimos años.
Quedan como testimonio innumerables notas editadas en El Sendero del Creyente, del cual fue fundador y director, obra de invalorable consonancia y alcance.
El 10 de junio de 1955, el mismo Dador de la Vida, priva, en su insondable voluntad, a nuestras congregaciones de la presencia de este valioso hermano, humano al fin, pero iluminado por la Gracia y Sabiduría Divina, quien utilizó sus capacidades en pro de la evangelización, expansión y crecimiento espiritual de las iglesias en nuestro querido país.


"La esperanza del creyente en Cristo de gozar inmortalidad, o vida eterna, no se limita al conocimiento de que su alma va a disfrutar, después de la muerte del cuerpo, de ese estado tan precioso con el Señor, sino que incluye la seguridad que tendrá un nuevo cuerpo, un cuerpo perfecto, inmune de todo aquello que sea opuesto a la santidad de Dios."

Jorge Herbert French

Texto seleccionado y adaptado de "El Sendero del Creyente"

CAPITAN FRIDOLF ERICSSON


Treinta y dos años tenia el Capitán Fridolf Ericsson cuando, procedente de Suecia, arriba a la Argentina comandando un barco para la carga de cereales en el puerto de Rosario. Corría el año 1886. Este joven creyente viene a éstas tierras por su trabajo y ocupación; en ese momento no cruza por su mente nada en particular. Pero he aquí que le sucede algo muy singular; según expresión propia, se "enamora" de esta ciudad. Nos preguntamos, que le atrajo de Rosario?
Su país natal era (y es) bellísimo y ya en ese entonces el standard de vida era muy superior al nuestro; además, había visitado las grande ciudades del mundo, y el interrogante vuelve a surgir; ¿que atracción tuvo Rosario para el? Sin duda alguna, el Espíritu Santo comenzaba a actuar en su vida y en este rincón del planeta.
Cuatro años mas tarde, en 1890, regresa a Rosario con otro barco, y en la Misión de Marineros conoce al misionero Jorge Spooner, que estaba al frente de la misma en ese entonces.
Vuelve por tercera vez en 1891, y es cuando, juntamente con los esposos Spooner, y en el Hogar de Marineros, los tres, celebran por primera vez la asi llamada "Cena del Señor" (recordatorio de la ultima Cena o Pascua celebrada por Jesús y sus apóstoles). Tan enamorado sigue el Capitán de Rosario que, de vuelta a su patria, habla con su otra enamorada, la Srta. Lina Erika Petterson, llegan a un acuerdo, contraen matrimonio y viajan a la Argentina para radicarse definitivamente en esta ciudad. El tenia 37 años y ella 20: valiente y decidida, dos virtudes que la caracterizarían hasta el final.
Dios seguía obrando. A partir de su radicación en Rosario, aprendiendo el idioma y testificando en la medida de sus posibilidades, llega el año 1894, cuando en una epidemia de cólera, muere el misionero Spooner y uno de sus hijitos, y entonces el Capitán (así se lo conocía), se hace cargo de la Misión de Marineros. Este era el lugar donde se recibía a los muchos marineros y oficialidad que en esa época llegaban al puerto rosarino; se les daba de comer, se les aconsejaba previniendoles de estafadores e inescrupulosos comerciantes que se aprovechaban de su desconocimiento del dinero etc. etc., pero sobre todo se les predicaba a Cristo, personalmente y en reuniones que allí celebraban. Los esposos Ericsson establecieron su hogar primeramente en calle Urquiza 2281, donde nació su primer hija, Mary Carolina. Allí mismo también se realizaron reuniones durante un corto periodo, posiblemente mientras se construía el salón en la calle Salta. Pasado unos años, se radicarion en el barrio Sorrento, cerca del río y frente a los terrenos donde mas tarde se levantaria la usina eléctrica. Ese sitio, esa casa de Sorrento 217, ese hogar, fue convertido en una verdadera posta para los misioneros y obreros cristianos que transitaban por el país. Allí recibían amor y cuidados en su enfermedad; recuperaban fuerzas y animo en sus continuos "ir y venir" por las provincia del norte y noroeste. Se les acondicionaba la ropa y se les proveía de todo lo material necesario. Se los familiarizaba con el idioma y las costumbres del país.
El Capitán, que no tenia el don de predicación ni exposición de la palabra, puso desde el principio su dinero, sus ingresos, a los pies del Señor, y Dios lo aprobó y lo utilizo grandemente.
Muy pronto la familia hablaba, además del sueco, el ingles y el castellano, y así eran de ayuda para aquellos que venían sin conocer nada de nuestra lengua.
En su corazón, estaba la obra de calle Brown, luego la calle Salta; del barrio Sorrento o Alberdi, que luego derivo en este barrio Sarmiento. Doña Lina trabajaba incansablemente entre las villas, entre la gente mas desposeída (eran pequeñas islas que ahora están ocupadas por clubes y guarderías náuticas), enseñándoles a coser, cocinar, primeros auxilios y normas de higiene, y por supuesto, lo primordial, la Palabra de Vida. Su mesa estaba siempre llena, dispuesta para chicos y grandes, pero siempre perseguía un mismo fin: hacer conocer a otros la salvación por medio de Jesucristo.





Texto escrito y puesto a disposicion por Sara Nardi Ericsson de Ingledew

DON JORGE SPOONER


Nacidos en Inglaterra, él y su esposa, María Ada Martin, van a España como misioneros.
Allí sienten el llamado para la Obra en Argentina. Llegan en 1888 y se radican en Carcaraña.
A partir de 1890 y hasta 1894 se hacen cargo de la Misión u Hogar de Marineros, en Rosario, Ubicada en la zona portuaria, a la altura de la calle Sarmiento y el río Paraná, sitio donde aun permanece la casa construida en madera. Al poco tiempo abren una escuela primaria en la calle Brown, en una casa contigua al salón de reuniones; la misma es dirigida por la Sra. Spooner, ya viuda, y sus dos hijas, donde, además de la enseñanza reglamentaria en un todo de acuerdo con las leyes y estatutos del país, se comparte la palabra de Dios. Un hijo y luego un nieto se radican en la ciudad de Casilda, donde el primero levanta un hermoso templo que aun hoy esta de pie. Llevan el evangelio incansablemente a todos los pueblos de los alrededores, predicando en las chacras a familias numerosas, que a su vez fueron plantando testimonios para la gloria de Dios.

Texto escrito y puesto a disposición por Sara Nardi Ericsson de Ingledew
George Spooner nació al norte de Inglaterra en 1845, en 1864, con 19 años, recibe a Cristo como Salvador. Decide misionar en la China, pero el llamado del Señor lo dirige a España, por lo que en 1876 es encomendado por la asamblea de Shap, en la region de Cumbria, al norte de Inglaterra. En España estuvo en la varias localidades de la región de Galicia, entre ellas Betanzos y Coruña.
Se casa el 28 de agosto de 1878 en Windermere, localidad inglesa cercana a a Shap con Mary Ann Martin, nacida en Ulverston, Lacanshire, al norte de Inglaterra. Hija de Nicholas Martin y Harriet Hodgson.
Deciden partir en misión hacia la Argentina, en 1887.
El 13 de diciembre de 1894, George fallece y su hijo Gershon de nueve años, el mismo día, víctimas de una epidemia de cólera.
Sus hijos:
Ada Jane, Gershon, George William, Esther (fallecida en marzo de 1888 en Kendal, Inglaterra, a los 16 meses), Emilia B. y Ruth, esposa de George French.
Vea sus biografías clikeando sus nombres.
Datos gentilmente suministrados por el hermano Marcos Gaggo, de Marín, Galicia.
Para una descripción mas completa de la obra efectuada por este hermano y quienes siguieron a él haga un click aquí
Nota: Para una mejor comprensión, aclaramos que posiblemente por tradición, los hijos varones llevaron el primer nombre de George durante generaciones. En este caso nos referimos al padre y pionero de la obra, mas adelante veremos tambien datos sobre su Hijo y Nieto.